Sol, calor y piel sensible
¿A quién no le gusta la sensación de esos primeros rayos de sol después de (¡por fin!) guardar nuestra ropa de invierno? Aunque, cuando comienza el verano, también empieza el calor, los rayos UV y el aire acondicionado, lo que puede contribuir a que nuestra piel se sienta extra sensible. ¡No todo es miseria y desolación, hay maneras de controlar cómo se siente la piel cuando la temperatura empieza a subir!
Calor
¿Tienes calor y te molesta? ¡Te entendemos perfecto! El clima cálido aumenta la pérdida de agua en el cuerpo, llevándolo a la deshidratación. Esto puede hacer que la piel se sienta irritada, roja y seca, así que revisa nuestros consejos sobre cómo hidratar tu piel y mantener los niveles de agua hasta arriba. El calor del verano también implica más sudor, más grasa y una producción más rápida de las células de la piel. Cuando las células muertas de la piel se mezclan con este exceso de grasa y sudor, aparecen los puntos negros. Tómale ventaja a la piel sensible en verano y cámbiate a una rutina de cuidado de la piel para verano al inicio de la estación.
Sol
Lo sabemos, demasiado sol puede dañar la barrera de humedad de tu piel, lo que lleva a la pérdida de elasticidad, sequedad e incluso envejecimiento prematuro. No tiene que hacer calor para que tu piel sienta los efectos dañinos del sol: los rayos pueden pasar a través del vidrio así que no olvides el protector solar si vas a hacer un largo viaje por carretera (y sigue nuestra rutina de cuidado de la piel durante los festivales ¡para lograr una piel lista al instante!).
¿Vas a pasar el verano en la playa? ¡Qué suertuda! El agua puede significar un doble problema para la piel, ya que los rayos UV rebotan sobre tu piel dos veces, ¡así que llénala de protector solar! Y sigue aplicándolo a lo largo del día. Por último, no guardes el protector solar para los momentos más calurosos. Añádelo a tu rutina diaria (y aplícalo regularmente) para estar protegida del sol.
Aire acondicionado
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